Pero seamos sinceros, la tristeza por ella sola es una mierda. Es como un pancake sin miel, cuesta de pasar. Pues la miel para la tristeza se llama agradecimiento. La pena te revela aquello que valoras y la gratitud te permite convertir esa energía en alegría.
La vida siempre es un equilibrio muy inestable. Preparados, listos, nunca...